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viernes, 23 de abril de 2021

ESTA SEMANA TOCA SER..... CRÍTICA 2.0👩🏻‍🏫

Hola a todos!

Fuente: Pixabay

El primer prostíbulo que recuerdo haber visto fue cuando era pequeña, en mi pueblo, más bien entre mi pueblo y el pueblo de al lado. Era una noche de otoño que habíamos ido a cenar a Baños de Montemayor, y volvíamos mi hermana, mi madre y yo en coche a mi pueblo: Aldeanueva del Camino. Al ser carreteras entre pueblos no suele haber nada llamativo, es por eso que creo que las luces estridentes de color rojo me llamaron la atención. Le pregunté a mi madre que qué era ese edificio de luces rojas tan chulas a lo que mi madre contestó: un puticlub.

Esta semana desempeño el rol de la crítica. Como recordaréis, este rol consiste en manifestarme en contra de una injusticia social de actualidad. Tengo que seleccionar un tema y en base a eso hacer un comentario crítico y personal.

No sé si recordaréis cuando os hablé acerca de la esclavitud en la entrada de "MARRÓN OSCURO", pero si rememoráis, hice un breve recorrido por la historia de la esclavitud hasta llegar al siglo XXI. A muchos os puede sorprender el pensar que aún haya esclavitud a día de hoy, después de lo que supuestamente "hemos evolucionado con la historia", pero sí, queridos lectores, desgraciadamente aún existe. La difícil vida fácil es la vida que llevan las prostitutas. Estas mujeres, conocidas como las vida alegre o vida fácil, esconden una realidad muy lejos de la que se cree debido a sus sobrenombres. 

Retomando mi historia con la que abrí la entrada, las mujeres que ejercen la prostitución son vistas como objetos de consumo por los hombres, y sin clientes no habría trata. La prostitución es la esclavitud que se ejerce en el siglo XXI. Pese a que parezca un problema actual, en palabras de la periodista especializada en derechos humanos Isabel Ginés, la prostitución es el sometimiento más antiguo del mundo. En un artículo que escribió esta periodista, dice que entre 4 y 5 millones de personas son víctimas de trata cada año. De esta escandalosa cifra, el 80% son mujeres y niñas, y de ese tanto por ciento, el 50% son menores de edad. 

Este "negocio" no está exento de debate y ya en 2007, la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer terminó por no regular la prostitución al considerarla claramente ligada a la explotación sexual y tráfico de mujeres desclasificándola como trabajo. Sin embargo, tampoco se estableció su abolición, y esto ha hecho que a día de hoy España encabece la lista de países Europeos que más consumen prostitución, y no es un dato que me asombre porque ¿quién no conoce un prostíbulo a las afueras de su pueblo o ciudad? La cifra de consumición es de un 39%. En 2019 fuimos el tercer país a escala mundial que más consumía prostitución.

Las mujeres son vistas en este "negocio" (es una industria que en Europa maneja una fortuna
Fuente: Pixabay
que ronda los 3 billones de dólares) como objeto de consumo. Objetos de consumición para los hombres que pagan por sus servicios, ya que sin clientes no habría trata. Esto es algo básico que se estudia en economía, la ley de la oferta y la demanda. Cabe resaltar que estas mujeres muchas veces no saben que vienen a España para ser prostitutas. En su gran mayoría vienen engañadas con un falso contrato de camarera por ejemplo, sin saber que al firmar esos contratos, se han metido en la boca del lobo. Los países donde captan a las mujeres para traerlas a España son Brasil, Bulgaria, Colombia, Ecuador, Nigeria, Ucrania y Rumanía. ¿Qué tienen en común todos estos países? Que son países pobres.

Un dato alarmante que sumar a esta lista es que el 90% de mujeres que ejercen la prostitución en España son esclavas sexuales. Quien paga por sus servicios es cómplice de esa esclavitud. Y siguiendo con esta lista de datos escalofriantes, hay encuestas que cuentan que 4 de cada 10 hombres han pagado por sexo alguna vez en España.

Poco se habla de este tema, pero también hay varones que se prostituyen. Viendo los escandalosos datos anteriores puede parecer algo a lo que se le reste importancia, pero es una realidad que está ahí y que no se puede ignorar. A diferencia de las mujeres que son prostituidas en clubes o prostíbulos, los hombres no tienen un lugar determinado de prostitución. Yo soy muy cinéfila, y la primera vez que vi esta realidad fue en la serie de Major Crimes, donde el hijo adoptivo de la protagonista, antes de haber sido adoptado, para ganarse la vida tuvo que prostituirse en parques siendo menor de edad. Los clientes de estos hombres con frecuencia son otros hombres.

Viendo todos estos datos recalco el término de misoginia. El mundo de la prostitución está focalizado en los hombres, ya sean mujeres prostitutas u hombres prostitutos. Ambos son objetos de consumo para el público masculino. Una influencer de gran renombre en España es Bebi Fernández. Una criminóloga y escritora, autora de los libros de Memorias de una salvaje y Reina. Esta autora ha sido capaz de dar un puño en la mesa y luchar por esas mujeres que son forzadas a prostituirse en España. Esta triste realidad también se puede ver en la serie de Sky Rojo de Netflix, que está teniendo una fuerte repercusión mediática ya que muestra la triste realidad de tres mujeres que fueron forzadas a prostituirse, y de todo lo que rodea al mundo de la prostitución. 

Fuente: Pixabay

Las mujeres somos más que objetos sexuales. Sin consumidores no hay trata. Hay un gran problema de educación, y la base de este problema está en los puteros, ya que si los hombres que consumen prostitución dejaran de hacerlo, la trata acabaría, porque sin consumidores no hay negocio. Es deber de todos parar con esta atrocidad, con esta esclavitud que hace que miles de mujeres lleven una vida miserable. Estas mujeres no pueden huir de ese mundo, ya que tienen altas deudas con las mafias, que las amenazan y extorsionan. Los proxenetas juegan con ellas mentalmente y las torturan psicológicamente.
La prostitución es un negocio alegal, ya que no está reconocida como trabajo pero tampoco penalizada por el código penal. Muchos podréis pensar: "bueno, habrá mujeres que se prostituyan por gusto". ¿Pero qué tanto por ciento? Si el 90% son esclavas sexuales. La prostitución debería de estar penada, ser ilegal. Ninguna mujer debe de pasar por ese infierno, y ningún hombre tampoco. Las mujeres no somos objetos de consumo, somos seres humanos. 

Mi crítica va para todos esos hombres que hacen que este "negocio" perdure, ya que, como he señalado en repetidas ocasiones: SIN CONSUMIDORES NO HAY TRATA.

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